La 60 Legislatura mexiquense exhortó a los ayuntamientos de Cuautitlán Izcalli, Nicolás Romero y Atizapán de Zaragoza, en conjunto con la Comisión del Agua del Estado de México y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, para que contribuyan con acciones que garanticen las medidas adecuadas de saneamiento, conservación y restauración del área protegida del Lago de Guadalupe, que se encuentra en Cuautitlán Izcalli.

Durante una sesión de la Diputación Permanente, María de Lourdes Garay Casillas, presidenta de la Comisión de Protección Ambiental y Cambio Climático, dio lectura a la iniciativa presentada por Amando Bautista Gómez, coordinador del Grupo Parlamentario del PT, afirmando que el cuidado del medio ambiente es una responsabilidad conjunta, entre la ciudadanía y el gobierno, por lo que sólo mediante su participación se podrá proteger el entorno y a cuidar los recursos naturales.

Garay Casillas advirtió que, incluso con la creación del Parque Estatal Santuario del Agua y Forestal Presa de Guadalupe, el 13 de octubre de 2004, la devastación de la reserva ecológica no ha frenado, además se estima que la población de peces se encuentra en proceso de extinción, ocasionando también, que el arribo de aves migratorias se reduzca.

Por otro lado, mencionó que el Lago de Guadalupe, se encuentra contaminado por los drenajes de las zonas habitacionales, entre ellas el fraccionamiento Bosques del Lago y a su vez, las autoridades estatales y federales fueron notificadas sobre la muerte de más de 800 patos.

De acuerdo con datos del área de Medio Ambiente del ayuntamiento de Cuautitlán Izcalli, la fiebre aviar y la enfermedad de Newcastle se encuentra en fase intensa y provoca el 90% de las muertes de las aves. Además, la basura que se ha acumulado en las inmediaciones del lago será una de las razones por las que ya no llegaron garzas y pelícanos a este lugar.

La legisladora señaló que el lago tiene una superficie de mil 740 hectáreas, incluidas la zona forestal, cañadas y ríos que la bordean, el agua que lo conforma proviene de la lluvia que capta la cuenca compartida por los municipios de Nicolás Romero y Atizapán de Zaragoza y finalizó comentando que en conjunto con su fauna, este se ha convertido en una atracción turística.