El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) reconoce que existe un déficit de 4 mil 121 monitores de signos vitales, lo que impide una mejor atención en los servicios de urgencias en las instituciones médicas.
La Dirección de Administración, indicó que esta situación provoca que médicos y enfermeras, quiénes son el primer contacto con el paciente, trabajen sin el equipo mínimo necesario para la correcta valoración de la persona en su llegada a las instalaciones del IMSS.
La escasez de este equipo se presenta en la mil 61 unidades de urgencias del IMSS, 803 de primer nivel, 231 de segundo y 27 de tercero, complicando la clasificación de pacientes que asisten a estás unidades, mismas que son de vital importancia durante esta contingencia sanitaria.
Según informa el Universal, al no contar con dicho equipamiento, la detección de covid-19 «se realiza mediante métodos manuales y se apoyan mucho en la experiencia y sensibilidad del personal médico, lo que representa un constante riesgo de mala priorización y una calidad inaceptable del servicio proporcionado al derechohabiente para la atención de sus padecimientos».
Se comenta que, para la priorización de pacientes, se utiliza el método Triage, mismo que permite evaluar, de forma más rápida, evaluar, seleccionar y clasificar a los pacientes a través de su estado clínico y pronóstico, reduciendo los tiempos de atención, por medio de el nivel de gravedad de los síntomas del paciente y no por orden de llegada.
La utilización de estos monitores, según informan, dura cinco minutos máximo, al no contar con los necesarios, se corre el riesgo de mala priorización o demora, ya sea por falla en los monitores o por poca capacidad de respuesta de los mismos.
Desde 2019, el IMSS había solicitado el uso de mil 407 millones de pesos para adquirir los 4 mil 121 monitores, mismos que se distribuirían de la siguiente manera: mil 542 unidades, para instituciones médicas de primer nivel; 2 mil 228 para instituciones de segundo nivel y 351 monitores para tercer nivel, desafortunadamente, a pesar de que los recursos saldrían en su totalidad de la institución médica, se necesitaba aprobación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sin embargo, no fue autorizado.
Misma adquisición de equipo, se esperaba, fuera incluida en el presupuesto del IMSS de 2020, cosa que tampoco ocurrió, según el presupuesto programático del IMSS 2020, aprobado por la SHCP y el congreso.