En octubre pasado, obispos del Amazonas aprobaron que hombres casados de la región pudieran ser ordenados sacerdotes.
El Papa Francisco aceptó que no hay gente que se aviente a hacer misas en la región amazónica (considerado un lugar remoto para los alcances de la iglesia católica)… pues se limitó a pedir que los obispos recen, para ver si a uno que otro hombre le entra la vocación… o bien, que haya más personas que se apunten como misioneros.
La omisión del líder del Vaticano es “comprensible”. Una vez que se dio a conocer el proyecto amazónico, no tardó en surgir la polémica, ya que su aprobación se veía como un precedente para poner fin al celibato que existe entre sacerdotes de la iglesia católica (en teoría).
Pero bueno, si de algo sirve para quienes apoyan la ordenación de hombres casados, el Papa Francisco no cerró el tema… sólo lo aplazó. “De modo muy tranquilo y muy amable, el Papa dijo: «Bueno, ese punto no era realmente un punto importante»
El líder de la iglesia católica agregó que “no sintió” que en este momento el Espíritu Santo esté trabajando en el tema… así que por esa razón decidió que la iglesia no se moverá por esos terrenos. Quizás después.