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Gatos, de primitivos a domésticos

El gato, al igual que otras especies de animales, evolucionó desde un estado salvaje. A diferencia de otros animales que fueron domesticados por el hombre, el gato se auto domesticó, lo cual dice mucho de su gran inteligencia y carácter.

Sin duda alguna, la selección natural y la alimentación fueron los dos factores claves en la evolución de estos felinos.

Esto ocurrió por la necesidad de alimentación y, por supuesto, el instinto de supervivencia. El proceso comenzó cuando el hombre desarrolló la agricultura y con ello el almacenaje de granos, lo que a su vez atraía a roedores.

Los gatos comenzaron a salir de su entorno salvaje para cazar a dichos roedores. Ante estos hechos, al hombre le convenía su convivencia, ya que le resultaba oportuno que los mismos acabaran con los ratones. Con el tiempo, el gato se inclinó por poder vivir bajo un techo con comida asegurada, comodidades que no podría obtener en el mundo salvaje.

¿De dónde viene el gato antiguo?

Se estima que las primeras apariciones registradas del gato doméstico se remontan al antiguo Egipto, aproximadamente 5.000 años antes de Cristo. En esa época es cuando comenzó la transición, ya que los gatos más sumisos eran los que podían sobrevivir a un ambiente dominado principalmente por el hombre. Fue así como, poco a poco, fueron moldeando su carácter.

Con el paso de los años el gato doméstico fue expandiendo su presencia al resto del mundo. Primero, llegaron a China y la India de la mano de comerciantes. Aproximadamente 100 años antes de Cristo llega al viejo continente europeo y la expansión por el continente americano ocurre durante el siglo XVIII.

El gato es, sin lugar a dudas, uno de los animales más fascinantes. Su inteligencia y carácter quedan más que demostrados en la capacidad de adaptación de los mismos y como se auto-domesticaron para poder acceder a una vida mucho más cómoda.

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