Después del sismo de 1985, se manifestó la sociedad de una forma excepcional y prodigiosa, esto creó una conciencia social que dio paso a organizaciones que, a decir verdad, sorprendió por su solidaridad y su visión urbana, cosa que nos permite pensar los momentos de crisis que dan origen y capacidad de organización a los grupos sociales.
La autoridad en aquel entonces se vio sorprendida y rebasada en su papel de organizador y proveedor de recursos sociales, para proteger a sus habitantes y grupos.
Hoy en una crisis social, los componentes de la misma empiezan a manifestar la capacidad para tratar de auto protegerse y una vez más dejar a un lado la capacidad de la autoridad con un palmo de narices. El hecho de convocar a los vecinos para crear una red de protección, es el síntoma inequívoco que llevamos ese rumbo.
Esperemos que todo sea para que nuestra solidaridad dé paso a la recapacitación que necesitan nuestros políticos y observen que no los necesitamos como creen y que tienen que hacer algo más que promesas de campaña.
Por una sociedad mejor, hasta pronto, les desea su amigo Felipe Trejo.