La Unión Europea, junto con 67 países, ha firmado el Tratado de Alta Mar, un acuerdo establecido por la ONU en marzo. Este tratado tiene como objetivo proteger las aguas marinas que no están bajo la jurisdicción de ningún país, representando dos tercios de los océanos y el hábitat más grande del planeta.
Este acuerdo llega tras años de negociaciones y su ratificación marca un paso significativo hacia el objetivo de proteger al menos el 30% de los océanos. Estas aguas, que están amenazadas por la contaminación, el cambio climático y la posible explotación minera, han estado gestionadas por diversos acuerdos y organismos internacionales sin una jurisdicción clara.
La adhesión al tratado, que se incorporará a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, tuvo lugar durante la cumbre de la ONU en Nueva York. Entre los países que ya han ratificado el tratado se encuentran Estados Unidos, China, Australia, Alemania, Francia, España y Reino Unido. Sin embargo, se destacan las ausencias de potencias como Rusia e India.
Organizaciones ecologistas han aplaudido la ratificación, señalando que demuestra el compromiso de los gobiernos con la conservación y restauración de la salud de los océanos. A pesar de este avance, aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar su implementación efectiva.
El tratado es esencial para el Marco Mundial para la Biodiversidad de Kunming-Montreal, que compromete a los países a proteger y conservar al menos el 30% de los océanos para 2030. WWF ha subrayado que este tratado permitirá la declaración de zonas marinas protegidas y una mejor gestión de las actividades en alta mar.