Cuando pensamos en yoga, pensamos en relajación, en decir o ‘cantar’ repetidamente OOOOMMMMM hasta que se nos termina el aire, o estar saludando al sol y ya, un ejercicio bastante relajante que sólo nos ayuda a calmar nuestro estrés; sin embargo, descubrimos que no.
Con el paso de las sesiones, había asanas (posturas de yoga) que ya realizamos mejor, músculos que ya podemos mover, ya no hay tantos calambres, es un ejercicio fuerte pero con muchos beneficios comprobados, además de la parte favorita de muchos de nosotros: la meditación (que sí relaja).
Hay diferentes tipo de Yoga, casi todos basados en la respiración, concentración y las ya mencionadas ‘asanas’ que dependen de tu fuerza interna y voluntad para mantenerlas durante cierto periodo usualmente corto; entre torciones y volteados de cabeza tus órganos internos se re-acomodan, tal vez por un momento, pero le dan un pequeño respiro a tu cuerpo.
¿En dónde practicarla? Hay diferentes clases en la región, la más céntrica es el Lago de los Lirios todos los domingos, cerca del Paseo Juan Pablo, sólo requieres llevar tu tapete, agua y dinero (la clase es de cooperación voluntaria), así mismo, y hablando de los domingo en el Lago, también hay Zumba que siempre se ve ‘guapachosa’, hay bicicletas en préstamo gratuito, entrenamiento canino para sus perrines y demás actividades que puedes pasar en familia.
En general para practicar disciplinas como Yoga o Correr, lo más que necesitas es voluntad y determinación.