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UNAM desarrolla anticonceptivo masculino

Un grupo científico de la UNAM, encabezado por Alberto Darszon Israel, y conformado por Claudia Treviño, Lourival Possanu y Alejandro Aragón, del Instituto de Biotecnología; y Arturo Hernández Cruz, del Instituto de Fisiología Celular, desarrollan un anticonceptivo masculino reversible, no hormonal, que no genera efectos secundarios.
En el estudio se identificaron los canales iónicos de calcio y de potasio, que son exclusivos de los espermatozoides, y que sirven para su movilidad, trayecto hacia el óvulo femenino y fecundación del mismo. Darszon y sus colaboradores buscan moléculas específicas que supriman la acción de ambos canales y así lograr la infertilidad reversible en los hombres. En pruebas experimentales en ratones, el equipo comprobó que los individuos sin ambos canales iónicos son infértiles.
“Existe la necesidad de contar con estrategias diversas de control de la natalidad. Hasta el momento no hay un anticonceptivo masculino reversible que sea eficiente y seguro», destacó Darszon Israel.
“Es asombroso que hasta ahora la sociedad haya favorecido que los efectos secundarios y la responsabilidad del control de la natalidad recaigan sólo en la mujer, un claro signo de discriminación de género”, consideró.
El equipo de investigación está enfocado a la búsqueda de los bloqueadores idóneos para los canales iónicos. Esta búsqueda incluye venenos de alacrán, araña y serpiente, pues son una mezcla de compuestos que inhiben los canales.
Para analizar miles de compuestos, se realizó un convenio  con la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del Distrito Federal, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Instituto de Estudios Superiores de Monterrey, en el cual, estudiantes y posdoctorantes de la UNAM, se instalarán en el Parque Tecnológico del ITESM de la Ciudad de México para trabajar con equipo de búsqueda intensiva de los bloqueadores.
Claudia Treviño calculó que esta etapa se llevará un par de años, pues además de bloquear al espermatozoide, la molécula elegida debe ser específica y reversible, con la garantía de que el organismo la tolere.
 
 
 
 

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