El próximo año, entrarán en vigor nuevas reglas impuestas por la Organización Marítima Internacional (organismo especializado de las Naciones Unidas) las cuales, se enfocarán en la cantidad máxima de azufre en el combustóleo (una fracción del petróleo que se obtiene como residuo en la destilación fraccionada, aproximadamente, entre un 30 y un 50% de esta sustancia).
Dichas reglas prohíben a las embarcaciones usar combustible con más de 0.5% de azufre, siendo que, el producto de Pemex, supera dichos estandares, conteniendo alrededor de 4% de azufre.
Esto no sólo afectaría su venta interna y exportación, sino que también se vería afectado el plan que el gobierno tiene, el cual buscaba aumentar la producción en las refinerías del país, incrementando en 45.7% la elaboración de combustóleo, entre los años 2020 y 2023, esto haría que se aumentara de 164 mil barriles diarios en promedio a 239 mil barriles.
Traduciendo dichas cantidades, básicamente en el periodo de 2020 a 2022, de todo lo obtenido del crudo procesado, se obtendría 21% de combustóleo, mientras que, después de 2023 se obtendría alrededor de 11.3%.
Ante dicha situación, se ha ofrecido la siguiente propuesta, que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) use dicho producto intensivamente para generar energía, implementando y manejando dispositivos que controlen la emisión de contaminantes, dispositivos que han sido instalados de manera adecuada en lugares como Baja California Sur, Mazatlán y Sinaloa.
De acuerdo con la CFE, utilizar combustóleo en plantas termoeléctricas es atractivo en términos monetarios y que las centrales son capaces de esta implementación, solamente necesitan invertir en mantenimiento y esto cuesta menos que realizar nuevas plantas.