El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) confirmó que el asesinato del general ruso Igor Kirilov en Moscú fue una «operación especial» llevada a cabo por sus fuerzas, según informó la agencia Ukrinform. Kirilov, acusado de crímenes de guerra, murió junto a su asistente tras la explosión de un artefacto explosivo oculto en un monopatín en la entrada de un edificio residencial.
El informante del SBU calificó a Kirilov como un «objetivo legítimo», señalándolo como responsable de ordenar el uso de armas químicas prohibidas contra tropas ucranianas. Este atentado marca un hecho sin precedentes, ya que Kirilov es el oficial de más alto rango asesinado en territorio ruso desde el inicio de la guerra.
La operación se produjo apenas un día después de que Ucrania acusara a Kirilov en rebeldía por crímenes de guerra. Además, en octubre, el Reino Unido lo sancionó por su presunta participación en el uso de armas químicas durante el conflicto.
Este incidente refleja el incremento de las tensiones entre ambos países y el alcance de las operaciones ucranianas en el corazón de Rusia.