Tras ser extraditado a México, el ex-director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, fue trasladado a un hospital debido a que presentó «debilidad general en toda su salud».
Según la Fiscalía General de la República (FGR) informó que el detenido, quien llegó a las 00:46 horas de este viernes, fue atendido por un perito médico de la FGR, quien luego de realizarle una revisión física y médica «encontró anemia desarrollada y problemas sensibles en el esófago, así como una debilidad general en toda su salud, por lo que propuso su internación en un hospital».
«La familia del extraditado pidió, y se le autorizó, que un médico particular hiciera también una revisión, en la que encontró los mismos síntomas», explicaron.
No se dio a conocer el hospital en el que fue internado, pero luego de dos revisiones, el Ministerio Público «ordenó su traslado a un hospital, donde permanecerá en calidad de detenido bajo estricta vigilancia policiaca».
«La representación social federal comunicó lo anterior a los jueces de ambos casos, quedando en espera de su determinación sobre las fechas para las audiencias correspondientes», esto lo dio a conocer la FGR, ya que se esperaba que con la llegada de Lozoya a México se diera la audiencia inicial, que debido a su estado de salud no ocurrirá.
Sobre esto, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que Emilio Lozoya se ha comprometido con la Fiscalía General de la República, para dar a conocer todo lo que sabe, como «testigo colaborador».
«A partir de lo que dé a conocer, se va a saber quiénes están implicados y hasta dónde llega, eso lo va a resolver la FGR», explicó.
Asimismo, comentó que «yo políticamente, desde que tomé posesión de la presidencia, en mi discurso hablé de que para juzgar a los expresidentes, se tenía que llevar a cabo una consulta, que era mi planteamiento para que los ciudadanos decidieran si se juzgaban los presidentes del periodo neoliberal, esto es Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.
Incluso he dicho que de llevarse a cabo, si se puede aplicar, cuando se reúne un número determinado de firmas, yo votaría en contra de que se juzgara a los expresidentes porque creo que no debemos de anclarnos en el pasado, que tenemos que pensar hacia adelante e iniciar una etapa nueva, como está sucediendo, sin permitir la corrupción», comentó.
Explicó que, si bien las sanciones son importantes, castigar a determinadas personas no basta, se debe estigmatizar la corrupción y quitarle lo que se tenía como normal.
«Se estaba volviendo costumbre, hábito, incluso era sinónimo de audacia, de habilidad, de triunfo llegar a un cargo y enriquecerse y ni siquiera se perdía la respetabilidad. Yo estoy más a favor de la prevención, de que no se repita eso, de que dé vergüenza, dé pena ser corrupto y también la cuestión legal. A mí me importa igual, y a lo mejor más, el que sean señalados los corruptos», finalizó.