El Instituto Nacional de Antropología e Historia dio a conocer un importante hallazgo realizado en tierras mexicanas. Antropólogos del INAH, la Secretaría de Cultura y la Universidad Autónoma de México lograron identificar una nueva especie de dinosaurio, el primer parasaurolofino descubierto en México.
Se explica que el Tlatolophus galorum fue un «colosal dinosaurio herbívoro» que vivió hace 72 o 73 millones de años.
Los investigadores explicaron que murió en lo que debió ser un cuerpo de agua copioso en sedimentos, su aspecto fundamental que permitió la preservación de su cuerpo en buenas condiciones, lo que a su vez ayudó a su minucioso estudio y posterior determinación de que se trata de una especie completamente nueva.
El nombre Tlatolophus galorum es un homenaje, a la voz nahua tlahtolli, que significa palabra, y del griego lophus, cresta, por lo cual su traducción es «cresta palabra». Este aspecto anatómico es conocido en todos los lambesaurios por tener una función comunicativa, a modo de una «trompeta interna».
El hallazgo del Tlatolophus galorum fue publicado en la revista científica Cretaceous Research, validado por la comunidad científica para su divulgación. Se recuperaron huesos como el de el fémur, escápula, cráneo, cresta, mandíbulas inferior y superior , paladar, y otros 34 fragmentos del Tlatolophus Galorum.
Esta investigación es un caso excepcional en la paleontología mexicana ya que se tuvieron que ocurrir a sucesos altamente favorables desde hace millones de años.