Love podría no ser la elección ideal para los Green Bay Packers como titular cuando inicie la temporada regular el 12 de septiembre frente a los New Orleans Saints— y los Packers todavía esperan poder convencer al desencantado Aaron Rodgers de regresar, y no tener que alinear a Love esta campaña–, pero el quarterback que dirigió lo que quedaba de la ofensiva de primera equipo esta semana durante las actividades organizadas del equipo lució muy diferente al tercero en el orden de plantilla que arrastró a lo largo de toda su temporada de novato en el 2020.
Durante ejercicios individuales, Love encontró las redes para lanzar con mayor frecuencia que el año pasado, y tiró el balón con mayor velocidad. Lo más notable durante esos periodos fue un pase que viajó 35 yardas en el aire y cayó en las manos estiradas del ala cerrada Robert Tonyan.
«Se nota que está mucho más cómodo allá afuera, dijo Jones después de la práctica del martes, que fue abierta a los medios. «Tiene un año de experiencia, ha tenido tiempo para observar y aprender, así que se nota que es un poco diferente a lo que era antes. Seguirá creciendo, y estoy contento por estar aquí trabajando con él».
Aaron Jones notó la diferencia en la reunión previa a la jugada. Cualquiera que haya observado la sesión lo vio, cuando el balón salió de su mano. Lo que escucharon y vieron, fue a Jordan Love 2.0, y como QB1.