Si defendemos la ciclovía ¿y?
Nos preguntan ¿por qué apoyamos a Biciverde? Esos impulsores de la ciclovía y del cierre tirano de los domingos frente al lago de los lirios; Y la respuesta es fácil:
Somos jóvenes que apoyan el cambio de paradigmas sociales, que buscan el cambio a favor de entornos sustentabables y de convivencia. Nos encanta la idea de subirnos a la bici, conocer lugares y sobre todo nuevas personas. Somos creyentes de la nueva forma de hacer política: a través de la sociedad civil (ley 3de3 por ejemplo). Atacar a la sociedad civil, como lo han intentado desde las esferas municipales y de medios locales es dispararse en automático al pie.
Es cierto, defendemos la ciclovía. Más cierto es que la planeación de esta es buena, la ejecución: Pésima. No basta con preguntar a un colegio de ingenieros en una evaluación sospechosamente a modo ¿quién le preguntó al ITDP (Institute for Transport and Developmnet Policy? Tendrían que haberlo hecho, siendo quien avaló el proyecto en su amplia experiencia en la Ciudad de México (Metrobus, ciclovías).
Más vale recordar a tiempo que la ciclovía es una alternativa de movilidad y no una vía recreativa.
En un ejercicio de imaginación, nos encantaría que quitaran la famosa ciclovía para que usted mi estimado lector se de cuenta que con o sin ciclovía, el tránsito quedará exactamente igual. Eso si, sin una alternativa de movilidad, para los altos índices de contaminación que tal parece se repetirán año tras año.
Pero la culpa es de los 3:
– Sociedad civil (Biciverde), por no seguir promoviendo exhaustivamente lo que buscaron con tantas ganas.
– Gobierno, por favorecer el transporte público concesionado, sin ningún tipo de regulación, permitiendo circular sin placas, licencia de conducir, más que la bendición de los gobernadores y los favores de los caciques del transporte público. Si bien el reordenamiento en el ámbito de transporte público es juridiscción del gobierno del estado, es responsabilidad de los ayuntamientos hacer respetar los reglamentos de tránsito metropolitanos. Es responsabilidad de los ayuntamientos, promover la movilidad urbana, no reprimirla, ni politizar lo escaso y mal hecho que se realizó en administraciones pasadas, es entender que es una alternativa de movilidad, no una vía recreativa.
– Ciudadanía, es deber de cada uno de nosotros buscar la manera de hacer más respirable esta ciudad, los meses pasados fuimos testigos de los altos índices de contaminación, a pesar de las distintas medidas no fue suficiente. Si bien salirse de la zona de confort está cabrón, es ahora o nunca. Nunca he entendido a esas personas que buscan ser una ciudad de primer mundo y se comportan como un ciudadano de cuarta.
¿Quiere ser un ciudadano de primer mundo?
Investigue como se porta uno de primer mundo. Asesórese cuánto cuesta mantener un auto en una ciudad como Londres o Nueva York. Cuánto cuesta entrar a los primeros cuadros de una ciudad así y que tan rentable resulta tener un auto. Ahora que si no piensa sacrificar el estilo de vida por seguir en sus 5 metros cuadrados, adelante, pero no detenga a quien si pretendemos hacerlo.
Lo cierto es que las generaciones viejas con paradigmas sociales acordes a ese status quo siguen gobernado(véase caso BREXIT, millenials vs baby boomers), pero no hace falta ya tanto para que las nuevas generaciones tomen el control de la nueva política, la política de la sociedad civil donde el político es finalmente obligado a escuchar o la calle.
Sin más por hoy, nos quedamos “tan amigos como siempre”.