El día de hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el excandidato presidencial por el Partido Acción Nacional (PAN), Ricardo Anaya, debe comparecer ante las autoridades judiciales y aclarar si recibió sobornos por parte de la empresa brasileña Odebrecht para aprobar la reforma energética en 2014.
La FGR lo acusa de haber recibido 6.8 millones de pesos en sobornos de la constructora Odebrecht para que votara a favor de la reforma energética del presidente Enrique Peña Nieto.
«Hay una realidad y eso es lo que él debería aclarar. Èl estableció una muy buena relación con el expresidente Peña, eran como socios políticamente hablando, entonces de repente se rompió ese acuerdo, y ya en campaña, me consta, en un debate lo planteó, él habló que si ganaba iba a meter a la cárcel al presidente Peña. Hubo una muy buena relación y una ruptura fuerte» señaló el presidente López Obrador.
Analistas políticos destacaron que el presunto soborno ocurrió ocho meses después de que se produjera la reforma constitucional y cinco meses después de que Anaya dejara el Congreso. Con esta acusación, la institución federal pedirá a un juez federal que le imponga a Anaya la prisión preventiva como medida cautelar.
Se espera que esto se dictamine luego de la audiencia de imputación ante el juez Marco Antonio Fuerte, la cual se llevará a cabo este lunes a las 9 de la mañana a través de una videoconferencia, sin embargo, el juez señaló que el acusado debe estar en territorio mexicano y en compañía de su defensa jurídica.
Luego de estos señalamientos, en una entrevista con el diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ), el excandidato del PAN, afirmó que de ser cierta la acusación: “habría sido el soborno más estúpido de la historia. O compraron el voto de alguien que no tenía un voto, o pagaron por un voto que deposité meses antes”.
“López Obrador es autoritario, es vengativo y me quiere destruir”, declaró Ricardo Anaya.
El diario estadounidense consultó a expertos legales que aseguran que el caso del gobierno contra Anaya es débil, pues de ser encontrado culpable, podría pasar 30 años en prisión, además de quedar inhabilitado para buscar la presidencia de nuevo.
Asimismo, WSJ indicó que la acusación contra Anaya se basa casi por completo en el testimonio de Emilio Lozoya, el exdirector de Pemex acusado de recibir más de 10 millones de dólares de Odebrecht a cambio de contratos de Pemex.
“El que nada debe nada teme. Él debe de presentar pruebas y hablar con la verdad. Si tiene su conciencia tranquila, incluso no afecta ir a la cárcel cuando uno es inocente, porque cuando se es luchador social, cuando se lucha por una causa, se puede ir a la cárcel y, al contrario de sentirse mal, se fortalece un dirigente”, expresó López Obrador.