Todas las empresas tienen sus reglas al momento de contratar a la gente y Mark Zuckerber, fundador de Facebook, no es la excepción. Su principal regla es: sólo contratar a alguien que trabajará para él si es una persona para la cual él querría trabajar.
Tomando en cuenta esto, hay que centrarse en cualidades como liderazgo, proactividad y confianza en sí mismo, además de mantenerse en constante aprendizaje.
1. Liderazgo
Una persona que es capaz de demostrar carácter de líder puede inspirar hasta a su jefe o a todo un equipo, sin importar el lugar que ocupe en el organigrama. Ahora, la forma de demostrar liderazgo tiene menos que ver con presunción y más con emoción por lo que haces, cuando ésta es genuina suele impregnar todas tus actividades y a las personas con las que colaboras, por lo que es difícil de fingir que la tienes cuando no es así. Otro elemento que denota liderazgo es la integridad a prueba de todo y es imprescindible para ser la cabeza de un equipo que esté dispuesto a seguirte.
2. Aprendizaje
Las personas con una actitud más dispuesta para aprender cosas nuevas y que al mismo tiempo tienen interés por compartir con los demás su conocimiento son justo el tipo con el que se disfruta trabajar. La razón es simple, se suele aprender mucho de ellas y ellas pueden aprender de los demás. Nada decepciona más en un colaborador que la falta de curiosidad, ya que su capacidad de traer soluciones a la mesa es limitada y se va reduciendo con el tiempo. Por otro lado, una persona que por su naturaleza enseña a los demás lo que sabe es un recurso extraordinario para un equipo, pues enriquece a todos de una manera muy eficiente.
3. Confianza en sí mismo
Nada más refrescante que una persona que trabaja para ti te comunique de forma asertiva que no está de acuerdo con una de tus ideas, lo argumente y proporcione una idea alternativa. Para hacer eso se requiere además del conocimiento, confianza en sí mismo. Para quienes consideramos que nuestro trabajo no es tener la mejor idea, sino identificar la mejor idea cuando se presenta, contar con personas que tengan la capacidad de disentir de forma razonada con su jefe es muy valioso. Y cada vez que lo hacen te demuestran que puedes confiar en su lógica y las decisiones que toman, por lo que el proceso de trabajo se vuelve más eficiente.
4. Proactividad
Si logras demostrar a tu futuro empleador que no necesitas de instrucciones o supervisión exhaustiva para hacer tu trabajo, habrás ganado una buena parte de su simpatía. Ahora, la primera forma de demostrar tu proactividad no es haciendo todo a tu manera, sino operando dentro de los procedimientos establecidos por la organización. Si haciéndolo te das cuenta que dichos procedimientos tienen oportunidad de mejora, entonces sí se agradecerá que seas proactivo y propongas una solución.