Volker Turk, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, ha emitido una advertencia severa sobre la situación en la Franja de Gaza, calificando el bloqueo impuesto por Israel y las consecuencias de su ofensiva militar como posibles actos que equivalen al uso del hambre como método de guerra, lo cual constituiría un crimen de guerra. Turk subrayó la «obligación» de Israel de evitar la hambruna «inminente» en Gaza, atribuyendo la crisis alimentaria a decisiones políticas y militares israelíes que han llevado al bloqueo de ayuda, desplazamiento masivo de la población y destrucción de infraestructura civil esencial.
Israel, como potencia ocupante, tiene la responsabilidad de garantizar la provisión de alimentos y atención médica a la población de Gaza conforme a sus necesidades, así como de facilitar el trabajo de organizaciones humanitarias. La inseguridad alimentaria ya está provocando caos social, con poblaciones desesperadas y menores no acompañados moviéndose en busca de comida, agravando la situación en una región donde ya se acumulan 1.8 millones de personas.
Turk lamentó que, a pesar de los reiterados avisos, la situación no ha mejorado, calificando la catástrofe como «obra del hombre» y completamente prevenible. Instó a todas las partes, especialmente a aquellos con influencia, a presionar a Israel para que facilite la entrada de ayuda y garantice la recuperación de servicios básicos. Además, destacó la necesidad de un alto el fuego inmediato y la liberación incondicional de todos los rehenes retenidos en Gaza desde los atentados perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre.