Cómo se extrañan las letras, pero si no hay mucho que trascienda para qué gastar las tintas.
El pasado martes se dio a conocer el movimiento «político-ciudadano» llamado «Izcalli nos une más», a lo que no reparé en bautizarlo, antes de comenzar la conferencia, como el TUCOK o mejor dicho «Todos unidos contra Karim», y esto sólo fue con el simple hecho de ver a los participantes. Y claro cómo no bautizarlo tan fácil al ver sentados a las directrices del PAN y PT en una misma mesa, osea el mismísimo Juan Paredes y Armando Bautista acompañados de boteros y policías, anunciando su unión para exigir acciones o mejor dicho la cabeza del que hoy nos preside.
Pero vayamos por partes, empecemos por el PAN y su calidad moral en Cuautitlán Izcalli después de la pésima administración de David Ulises y su tenue participación edilicia, diría una regidora: «de todo se quejan pero todo votan a favor», bueno casi todo. Entre esos casos votaron a favor del nombramiento del Secretario del Ayuntamiento, del que tanto se queja Juan Paredes, si bien aún se mantiene en la ilegalidad la mano derecha del presidente, nunca vemos a la fracción edilicia quejarse ni por eso, ni por los famosos condones que tanto lastiman los oídos del directivo municipal panista. Además de la evidente separación del regidor Apolonio Torres, y obviamente la «renuncia» no anunciada al partido de Carlos Moreno, actual asesor del presidente municipal, y vinculado a la represión de los boteros. Eso de la crisis del PAN a nivel nacional esta gruesa.
En cuanto al PT tendremos que hablar de un regidor casi aviador, ¿quién? Diría la misma regidora del párrafo anterior: «éste sí vota todo a favor». Es más, con decirle que no sabemos si habla o no. Esta redacción cree firmemente que la única vez que lo hizo fue el día que tomó protesta. ¿En contra? ¿Qué es eso? Eso de la izquierda y la oposición no es para todos.
En cuanto a los boteros podríamos decir que se los chamaquearon, y no fue el municipio, sino su representante Arturo Pineda. Pues aseguran que no han tenido negociaciones con el ayuntamiento o por lo menos si las ha habido, su representante no les ha dicho nada. Y aquí recurrimos a las clásicas frases de: «no tiene la culpa el indio si no el que lo hace representante». Espero que les hayan dicho que perderán todo tipo de concesión en cuanto se tengan las unidades que requiere el municipio para brindar un servicio de recolección de basura, pues es una obligación municipal, de acuerdo al presidente municipal.
Por último, pero no menos importante, quedan los policías, que denuncian corrupción, abuso de autoridad, abuso sexual y malversación de fondos. Con ellos nos queda decir, que les creemos en todo y todo nuestro apoyo a ellos, no es un chisme lo que pasa en las policías municipales, estatales y federales; y si usted amable lector quiere una mejor seguridad pública, debemos garantizar la seguridad económica, social y laboral de la gente que nos cuida, apóyelos. Pedir un aumento salarial no es cosa indigna, y menos para policías; acabar con las cuotas que piden comandantes es acabar con la corrupción; pedir que no existan repercusiones por las manifestaciones es más que sensato, pues estos hablan de posibles levantones, además del hostigamiento sexual a las policías por parte de comandantes. Dignidad a la policía.
En conclusión, lo que se presume como movimiento político-ciudadano, a la perspectiva del que escribe, es más un movimiento político sin sincronía que movimiento ciudadano, y que abusa de la inercia de los que sí salen a manifestarse.
La situación general que vive el municipio es sin duda muy difícil de llevar, producto de administraciones panistas, priistas y parte de la actual. El que reside en el cuarto piso del ayuntamiento, asegura que su fuerte son las finanzas y que está pagando la deuda de administraciones anteriores y que entregará un paraíso al que venga después de él. Si bien la administración actual tiene la autorización de adquirir nuevos créditos para pagar la deuda con más deuda como lo han hecho administraciones anteriores, habría que reconocer las decisiones del edil de no ahorcar más al municipio, pero ¿tendremos qué esperar 2 años más para ver calles pavimentadas, alumbrado público y sobre todo, el mal que aqueja a Izcalli, seguridad?