Después de un año que ha ensombrecido los hogares en todo Estados Unidos, la pandemia superó el lunes un umbral que parecía inimaginable, un recordatorio que el virus llega a todas partes del país y a comunidades de todos los tamaños y constituciones.
«Es muy difícil para mi imaginar un estadounidense que no conozca a alguien que ah muerto o tenga un familiar fallecido por Covid-19.No hemos realmente comprendido a fondo lo malo que es, lo devastador, que es para todos nosotros»,dijo Ali Mokdad, profesor de sanimetría en la Universidad de Washington, campus Seattle.
Los expertos advierten que es probable que se registren unas 90 mil muertes adicionales en los próximos meses, a pesar de la enorme campaña de vacunación. Mientras tanto, el trauma del país sigue acumulándose de una forma sin precedentes en la vida pública reciente, comentó Donna Schuurman, del Dougy Center for Grieving Children & Families en Portland, Oregon.
En las ultimas semanas, las muertes a causa del virus han disminuido desde las más de cuatro mil diarias reportadas en algunos días de enero hasta un promedio de menos mil 900 al día.
Sin embargo, medio millón de decesos, la cifra registrada por la Universidad Johns Hopkins, es mayor que la población de Miami o de Kansas City, Missouri. Es casi igual al al número de estadounidenses muertos en la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y la Guerra de Vietnam juntas. Es como si ocurriera un 11 de septiembre diario durante casi seis meses.
La cifra, que representa una de cada cinco muertes reportadas en todo el mundo, ha superado por mucho las primeras proyecciones, las cuales daban por sentado que el gobierno federal y las autoridades estatales implementarían una respuesta amplia y sostenida, y que los estadounidenses harían caso a las advertencias.