La Universidad Autónoma Metropolitana participa en un estudio global, para conocer cómo la pandemia está afectando el humor de las personas. Se trata de un proyecto en el que participan científicos de 44 países, y por el que se han recibido respuesta de más de 158,000 personas, de las cuales más de 6,000 son de México.
Y las noticias no son halagüeñas. Entre los resultados está que la población más joven vive más estresada por COVID-19, y la población con menor nivel socioeconómico vive con menor preocupación. Independientemente del sector poblacional, el estudio arroja que México es uno de los países que tiene más estrés; las principales razones son la economía nacional, el riesgo de infección de COVID-19, y el riesgo de hospitalización.
Las actividades que menos estrés causan son la imposibilidad de viajar, la educación de hijos, las actividades religiosas, y el «lidiar con niños».
La idea es que todos los datos recolectados ayuden con el tiempo a entender los fenómenos psicológicos de la población en todo el mundo en condiciones extraordinarias. La recolección de datos continúa, de forma que quien lo quiera, todavía puede contestar sobre su estado de ánimo en tiempos de contingencia sanitario en el micrositio de CovidiStress.