El día de ayer en el Senado fue elegida María del Rosario Piedra, activista del Comité ¡Eureka! para dirigir durante los próximos cinco años, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), aunque su nombramiento generó descontento entre una parte de los senadores quienes argumentaron que la activista mantiene cercanía con el gobierno federal.
Piedra Ibarra, aseguró no haber renunciado a su militancia en el partido Morena, y dijo que no se dejará influir por ninguna autoridad mientras se encuentre al frente de la CNDH.
«Voy a responderle a todos los ciudadanos sin importar de dónde vengan o si está de acuerdo el Presidente, algún partido político o cualquier otro grupo del poder», comentó.
Todavía falta alrededor de una semana para que Piedra Ibarra tome posesión de su cargo en la CNDH, pero comentó que ya fijo prioridades para cuando comience a fungir:
«Revisaremos todo el rezago, el funcionamiento que debe estar vigente, que es lo que hay que renovar, lo que implica este organismo tan grande que es la CNDH y que deje de convertirse en una institución burocrática para acompañar a las víctimas», afirmó.
La activista espera poder convertir a la comisión en una institución ágil y que labore de manera eficiente, por lo que afirmó que próximamente estará conformando un equipo de trabajo más adecuado que este tras la CNDH.
«Me voy a rodear de personas que tengan ese mismo compromiso, que sean leales a la justicia, imparciales, esta tarea no es de una sola, tiene que ser una labor de equipo y plural, con compromiso de servicio», puntualizó.
Por último, explicó que muchas personas se acercaron a ella buscando «un buen salario» y que la activista, rechazó a estas personas, ya que, reconoce que todo trabajo debe ser remunerado, pero que no es lo primero que debería tomarse en cuenta si se quiere formar parte de su equipo, que la prioridad debería ser, la forma en la que ayudarán a mejorar la situación del país.