Actualmente el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias está haciendo pruebas y protocolos para saber cuáles son las más efectivas, y eventualmente, echar mano de ellas. Sin embargo, en Ciudad de México, ya se aplican 1,000 pruebas rápidas al día, y se tiene capacidad para 2,700 diarias, según lo que dijo en el mismo seminario la secretaria de salud, Olivia López Arellano; pero siempre enfocadas en grupos y zonas de riesgo, como la Central de Abasto.
Las pruebas serológicas pueden presentar falsos negativos, precisamente por la demora de la generación de anticuerpos. Si la prueba se hace en los primeros días de infección, puede arrojar un resultado negativo, aunque en realidad la persona sí esté infectada. Como resultado, explicó Gabastou, si se aplican en entornos grandes a población abierta, las personas puede renunciar a tomar medidas como la sana distancia, aún con la posibilidad de que sí estén infectadas.
En cambio, hacer un gran número de pruebas en pequeñas poblaciones segregadas, como por ejemplo en reclusorios, permitiría identificar brotes con prontitud. «Tenemos que identificar lo más rápido posible casos sospechosos, hacer pruebas, y aislarlos«, dijo Gabastou.