Gemma Walker, de 31 años de edad, fue denunciada por sus vecinos, quienes se quejaban de sus gemidos, gritos e insultos cada vez que tiene relaciones sexuales.
La joven incomodó a sus vecinos en Middlesborough, Gran Bretaña, al escucharla durante semanas teniendo sexo, además de poner la música a todo volumen, gritar e insultar.
Ian y Susan Nicholls se presentaron ante la corte e informaron que tuvieron que soportar el ruido que provenía de la casa de Walker.
Debido al estrés y al enojo que provocó Gemma, la pareja llevaba muchas noches sin poder dormir.
En septiembre del año pasado, las autoridades le pidieron a Gemma que dejara de hacer ruido, pero se registró un incumplimiento seis veces en menos de tres meses, por lo que ahora deberá pagar una multa y moderar sus ruidos.