Durante la primera quincena de mayo, la inflación general en México se aceleró por tercera vez consecutiva, alcanzando un 4.78% anual, comparado con el 4.67% de la segunda mitad de abril. Este incremento se observa a pesar de que la inflación subyacente, que excluye productos volátiles, bajó a 4.31%, la cifra más baja desde mayo de 2021.
La persistencia de la inflación alta complica los planes del Banco de México (Banxico) de recortar la tasa de interés referencial, que se mantiene en 11% desde marzo. Esta tasa fue reducida por primera vez desde 2021, cuando Banxico comenzó un ciclo restrictivo para enfrentar la inflación causada por la pandemia.
El banco central, dirigido por Victoria Rodríguez, evaluará la posibilidad de nuevos recortes en la tasa de interés en su próxima reunión el 27 de junio. Sin embargo, la subgobernadora Irene Espinosa ha indicado que no hay urgencia para una nueva reducción.
Los productos que más han subido de precio en este período incluyen el jitomate y el chile serrano, mientras que los precios de la electricidad, la cebolla y el gas LP han bajado, destacando las fluctuaciones en el costo de vida para los mexicanos.
Este patrón inflacionario plantea desafíos para la economía mexicana, afectando tanto la política monetaria como el bienestar económico general de los ciudadanos.