La inflación en México continuó su tendencia ascendente en mayo, alcanzando una tasa anual del 4.69%, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este incremento marca el tercer mes consecutivo de aumentos en la inflación, lo que genera preocupación entre consumidores y analistas económicos.
En comparación con el mismo periodo del año anterior, la inflación de mayo representa un aumento significativo, reflejando las presiones inflacionarias persistentes en varios sectores de la economía. Los principales impulsores de este incremento han sido los precios de los alimentos, energéticos y algunos servicios, que han mostrado variaciones al alza durante los últimos meses.
La tasa de inflación subyacente, que excluye los precios de los productos más volátiles como alimentos y energéticos, también registró un aumento, situándose en 5.45%. Este indicador es clave para evaluar las tendencias inflacionarias de largo plazo y su comportamiento refleja una presión inflacionaria más generalizada en la economía.
Las autoridades monetarias y los analistas económicos están monitoreando de cerca estos desarrollos. El Banco de México ha mantenido una postura vigilante, considerando posibles ajustes en su política monetaria para contrarrestar la inflación. Sin embargo, los expertos advierten que el margen de maniobra es limitado debido a las condiciones económicas globales y locales.
El impacto de la inflación se siente directamente en el poder adquisitivo de los mexicanos, quienes ven cómo sus ingresos se ven erosionados por el aumento de los precios. Esta situación plantea retos importantes tanto para las políticas públicas como para la economía en general, destacando la necesidad de medidas efectivas para controlar la inflación y proteger el bienestar económico de la población.