Después de la posible independencia de Escocia, uno de los aspectos más comentados fue qué pasaría con la industria del whisky, uno de sus productos más conocidos a nivel mundial.
Si Escocia se hubiera independizado, habría salido de la Unión Europea (UE) y tendría que haber solicitado su ingreso. Esto representaba un gran riesgo para la industria del whisky ya que el 45% de las exportaciones de esta bebida es a países miembros de la UE, y no se aseguraba la aceptación del nuevo país independiente a la UE. La caída de esta industria habría puesto en riesgo el empleo de 35 mil personas.
Por otra parte, hubiera perdido el acceso a 270 relaciones diplomáticas en todo el mundo, las cuales son manejadas por el Reino Unido, además tendría que haber cambiado su moneda.