Identifican restos de uno de los 43 de Ayotzinapa
La Fiscalía General de la República (FGR) dio a conocer que se lograron identificar los restos de uno de los 43 normalistas desaparecidos, esto, luego de que se realizarán más de 20 acciones de nuevas búsquedas en la Barranca, en el municipio de Cocula, Guerrero, logrando recuperar 15 indicios o restos óseos, de los cuales 6 resultaron factibles para someterlos a pruebas de ADN.
Uno de los restos, que fueron enviados a la Universidad de Innsbruck, en Austria, pertenece a una de las extremidades de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, uno de los 43 normalistas.
Por otro lado, Omar Gómez Trejo, titular de la Unidad para el Caso Ayotzinapa perteneciente a la FGR, dio a conocer que del 21 al 29 de noviembre de 2019 se realizaron las búsquedas en la Barranca y no en el basurero de Cocula, lugar en el que según la «verdad histórica», habrían sido calcinados los jóvenes.
«El lugar del hallazgo no fue el basurero de Cocula, ya que la barranca está a más de 800 metros del lugar donde se creó la narrativa de la verdad histórica», comentó.
Gómez Trejo se trasladó a Tixtla, Guerrero, para dar a conocer a la familia, los hallazgos de la investigación. Además comentó que más restos, previamente seleccionados, serán enviados para su análisis.
Por otro lado, Alejandro Encinas, presidente de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, aseguró que estos nuevos hallazgos, a seis años de los trágicos hechos, servirán para derrumbar la llamada «verdad histórica».
«Esto marca, sin lugar a dudas, el inicio de una nueva ruta en la investigación, que no solamente ha derrumbado la mal llamada verdad histórica, sino que genera las condiciones para esclarecer los hechos que sucedieron esa lamentable noche en Ayotzinapa», explicó.
Sobre Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, tenía 19 años cuando desapareció, la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, nació en el barrio de Santiago, en Tixtla, Guerrero.
La «verdad histórica» señala que los normalistas fueron asesinados e incinerados en el basurero municipal de Cocula, posteriormente, sus restos fueron arrojados en bolsas al río San Juan.