El sindicato United Auto Workers (UAW) ha decidido extender su huelga contra los principales fabricantes de automóviles en Estados Unidos. Ahora, 38 instalaciones de General Motors y Stellantis en 20 estados se ven afectadas por esta decisión.
Esta huelga, que comenzó en plantas de Ford, GM y Stellantis hace una semana, persistirá, según confirmó el sindicato. Aunque Ford ha evitado huelgas adicionales al atender algunas demandas del UAW, las tensiones persisten con GM y Stellantis.
Shawn Fain, presidente del UAW, destacó que Ford ha hecho concesiones significativas, como el restablecimiento de una medida sobre el costo de vida suspendida en 2009 y ofreciendo un mejor sistema de participación en las ganancias. Además, Ford concedió al sindicato el derecho de huelga por el cierre de plantas.
Sin embargo, la situación con GM y Stellantis es diferente. El UAW ha adoptado una postura agresiva en las conversaciones, acusando a las empresas de «codicia corporativa» y criticando los altos salarios de los directores generales de estas compañías. El sindicato busca aumentos salariales del 40%, equiparando los incrementos promedio de los directores generales en los últimos cuatro años.
La huelga, que ya dura una semana, ha tenido un impacto limitado en las ganancias de las empresas. Sin embargo, la ampliación de la huelga presenta nuevos desafíos para Stellantis y GM, y podría afectar el consumo de los trabajadores, quienes ahora perciben 500 dólares semanales en lugar de sus salarios habituales.