La investigadora, Florence L. Theodore, del Instituto Nacional de Salud Pública aseguró no solo que la ingesta de refrescos se relaciona con diabetes y enfermedades óseas, sino también que en México una familia destina el 10% de sus ingresos a la compra de refrescos. Estos datos fueron obtenidos un estudio de Yale para asegurar que en México se consume un promedio de 163 litros de refresco al año.
La cifra fue retomada por la Organización Panamericana de Salud para afirmar la relación del consumo de refresco en México con el primer lugar en obesidad en adultos entre países de la OCDE.
Theodore también asegura que el consumo de bebidas azucaradas en México se triplicó entre los años 1999 y 2006.
La cifra de lo gastado en refrescos en México es respaldada gracias a la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera que realiza el INEGI. El mismo reporte indicó un aumento del 3% en el volumen total de ventas en el primer trimestre de 2019, a pesar de la presencia de un Impuesto Especial que equivale a 1.17 pesos por cada 10 que pagan los consumidores de refrescos.
Por último, la Asociación Nacional de Productores de Refrescos se encuentra pendiente de las vinculaciones de la industria con problemas de salud pública, ante lo que usa como defensa la variedad de catálogo de refrescos bajos en azúcar.
