La Embajada de México en Perú ha aclarado que la reciente imposición de visas a turistas peruanos es una medida de carácter migratorio y no diplomático, como se había especulado desde algunos sectores en Lima. Esta decisión, según Adolfo Zepeda, jefe de Asuntos Políticos de la embajada, es una respuesta al aumento exponencial de la migración irregular hacia Norteamérica, especialmente hacia Estados Unidos.
Zepeda explicó que la medida es temporal y busca regularizar la entrada de ciudadanos peruanos a México, que actualmente ha sobrepasado las capacidades y expectativas de una migración natural. Esta aclaración surge en respuesta a comentarios del ministro de Exteriores de Perú, Javier González-Olaechea, quien sugirió que la decisión podría estar relacionada con tensiones diplomáticas entre ambos países.
El Gobierno de México, al anunciar este nuevo requisito de visado el pasado fin de semana, indicó que su objetivo es controlar mejor el flujo migratorio de peruanos que entran al país con la intención de emigrar a Estados Unidos. La suspensión de la exigencia de visados entre México y Perú, que había sido establecida en noviembre de 2012 para facilitar el flujo de personas y el comercio, se revierte ahora en un contexto de preocupaciones migratorias crecientes.
En 2023, 293,668 ciudadanos peruanos ingresaron a México, lo que representa un descenso del 7.3% en comparación con el año anterior. Esta estadística refleja las fluctuaciones en los patrones migratorios y subraya la necesidad de medidas que respondan a las dinámicas actuales de movilidad humana.
Esta decisión ha generado diversas reacciones en ambos países, destacando la importancia de la gestión migratoria en las relaciones bilaterales y la necesidad de políticas que equilibren la seguridad fronteriza con el respeto a los derechos humanos.