Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, intentó adquirir OpenAI, la compañía creadora de ChatGPT, pero su propuesta fue rechazada. En respuesta, el magnate ofreció comprar nuevamente Twitter (ahora X), dejando en claro su interés por el control de las principales plataformas de inteligencia artificial y redes sociales.
Musk, quien fue uno de los primeros inversionistas en OpenAI antes de distanciarse de la empresa, ha criticado su actual modelo de negocio y su relación con Microsoft. Su intento de compra fue interpretado como una estrategia para recuperar influencia en el desarrollo de la inteligencia artificial.
El equipo de OpenAI rechazó la oferta argumentando que su misión sigue siendo desarrollar inteligencia artificial de manera segura y accesible para el público, sin depender de la dirección de un solo inversionista.
El rechazo de OpenAI no ha frenado los planes de Musk, quien ha redoblado esfuerzos en su propia empresa de inteligencia artificial, xAI, con la cual busca competir en el sector. La noticia ha generado expectativas sobre el futuro de la IA y la rivalidad entre Musk y las grandes tecnológicas.