Tras un mes de su lanzamiento, el Telescopio Espacial James Webb (JWST), llegó finalmente a su nuevo hogar. El 24 de enero, la nave espacial encendió sus propulsores durante unos 5 minutos para colocarla en su órbita final, y ahora está lista para calibrar sus espejos e instrumentos científicos antes de observar el universo.
El telescopio se encuentra en un lugar gravitacionalmente estable llamado punto Lagrange. En este punto, todas las fuerzas sobre la nave espacial se equilibran para mantenerla en su lugar, orbitando el sol junto con la Tierra. Este punto en particular, llamado L2, se encuentra a unos 1.5 millones de kilómetros del planeta en dirección opuesta al sol. No permanecerá estacionado directamente en el punto de Lagrange, sino que se tambaleará de un lado a otro en lo que se conoce como órbita de halo. Esto requiere una pequeña quema de los propulsores cada tres semanas, pero es más estable a largo plazo.
Aparte del hecho de que estacionarse cerca de un punto de Lagrange ahorrará combustible, L2 es un lugar particularmente bueno para observar el cielo sin preocuparse por el calor o la luz del sol, la Tierra o la luna. JWST se aleja de todos esos objetos, con su enorme parasol bloqueando su luz para proteger las observaciones sensibles del telescopio.
El funcionamiento del telescopio
El telescopio requiere de un frío extremo para funcionar, lo que también proporcionará el parasol. Mientras que el lado del escudo que mira hacia el sol estará a una temperatura de unos 85ºC, el otro lado se mantendrá a unos -233ºC, casi tan frío como la temperatura media en el espacio profundo. Ahora que JWST llegó a su lugar de estacionamiento, tomará alrededor de una semana para que todo se enfríe antes de que los ingenieros del telescopio puedan comenzar los pasos necesarios finales antes de que puedan comenzar las observaciones.
Estos pasos finales tienen dos partes. Primero, los 18 segmentos hexagonales que componen el espejo principal del telescopio deben alinearse con una precisión increíble: deben alinearse dentro de una cincomillonésima parte del ancho de un cabello humano. Esto lo aseguró Lee Feinberg, miembro del equipo de JSWT en el vuelo espacial Goddard del NASA Center en Maryland en una conferencia de prensa el 24 de enero. Este proceso podría tomar alrededor de tres meses, seguido de un mes de calibración de los instrumentos científicos, antes de poder tomar las primares imágenes detalladas.
Todo lo que estamos haciendo es preparar el observatorio para hacer ciencia transformadora. Llevamos un mes y el bebé ni siquiera ha abierto los ojos todavía.
Jane Riby, científica del JWST
Todo un año de investigación científica planeada
Si todo marcha bien, la misión científica se pondrá en marcha a finales de junio. El primer año de la ciencia estará conformado por más de 300 programas de observación planeados. Muchos de estos se dedicarán a examinar exoplanetas, observando sus atmósferas para aprender más sobre su composición y habitabilidad potencial.
Otros buscarán las galaxias más distantes del universo observable, estudiando cómo se formaron y evolucionaron con el tiempo. Algunos programas de observación buscarán comprender la materia oscura y la energía oscura, en un intento por desentrañar los mayores misterios del cosmos. Debido a que cada parte del lanzamiento y el viaje a L2 fueron exitosos, JWST tiene suficiente combustible para hacer estas observaciones por más de 10 años.