El sospechoso caso de los licenciados al vapor y sus aspiraciones

La historia nos ha dicho y recalcado a lo largo de los años que una mejor preparación académica no garantiza la ética de los que nos gobiernan. Ejemplos sobran como el ex presidente Carlos Salinas de Gortari que cuenta con un Doctorado en Economía Política y Gobierno por la «prestigiada» Universidad de Harvard o el también Doctor en ciencias Económicas Ernesto Zedillo, que si bien uno le echa la bolita al otro del «error de diciembre», ya no importa. A lo que vamos es que ni siendo el gran erudito se logran resultados favorables,  y mucho menos si no existe una voluntad hacia el pueblo.
Dicho el contexto, imagínese lo mismo hacia la administración municipal donde todos quieren y ni educación académica, ni educación de la que viene de casa tienen, ahí es cuando se entiende por qué estamos como estamos. El sospechoso caso viene cuando uno empieza a revisar a los que nos gobiernan o aspiran a gobernarnos, y justo antes de tomar el poder aparecen con grados académicos de pequeñas escuelas, como si hubieran calculado el momento exacto en que necesitarían un grado para el puesto. Todo se ve sospechoso cuando de pronto la mayoría de los políticos izcallenses son Licenciados en Derecho por la Universidad de Cuautitlán Izcalli  del Ing. Abel Palma, presidente de la junta de gobierno del UCI y fundador, con afinidades Priistas, «los Palma»siento que los he visto cerca del poder. Otro ejemplo es el del Presidente Municipal de Tepotzotlán Juan José Mendoza Zuppa, que aparte de ostentarse como ingeniero y firmar como tal, lo cual es un delito federal, resulta ser Licenciado en Derecho por una escuela de mala reputación en Zumpango con obtención de cédula en 2012, repito, igual que muchos.
¿Sospechoso? Usted dirá.  Si bien siempre andan escudándose diciendo que es su vocación política y que tienen muchas ganas de hacer un cambio, más le vale ciudadano amigo verificar cada detalle de los que pretenden el poder porque  la educación no forma personas de buena voluntad, pero por lo menos da orientación y más rumbo. Y no sólo ganas como muchos de los que aspiran a un puesto político, que por cierto usted y yo vamos a pagar.