El dióxido de cloro es tóxico y está comprobado por la ciencia, de acuerdo con el académico de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Antonio Rius Alonso.
El argumento de que el dióxido de cloro no es tan tóxico y se puede ingerir se debe tomar con mucho cuidado, dijo, porque en diversos estudios realizados con esta sustancia sobre su toxicidad se sabe que se usa en la industria papelera para blanquear, igual que en la industria textil, y hay normas muy estrictas sobre la cantidad que debe estar en el medio ambiente.
Indicó que las personas que argumentan sentirse mejor después de ingerirlo son porque momentáneamente les aumenta la oxigenación en la sangre por la formación de radicales libres que se convierten en oxígeno molecular, lo cual es diferente al oxígeno que respiran los seres humanos.
“Hay que tener cuidado con algunos datos que circulan por ahí y que son erróneos. Uno debe diferenciar entre las características bactericidas que tiene este compuesto químico y el uso del cuerpo humano”, señaló y aseguró que esta sustancia “nunca genera oxígeno adicional que predican sus seguidores”, sino que oxida diferentes partes del organismo y genera cloratos, cloritos, hipoclorito y cloruros, “nunca oxígeno”.