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El Covid-19 no es un arma

Desde hace unos meses se reporta que los seres humanos sólo mueren de Coronavirus, así que los pacientes de cáncer, diabetes, insuficiencia renal, sida o problemas cardíacos; fallecen de neumonía, que a su vez, es provocada por el temible covid-19; la gripe común ha abandonado el planeta y los miles de casos sospechosos ocupan los espacios en los hospitales, dejando a los verdaderos enfermos sin la debida atención ni medicamentos necesarios.

En China perdieron la vida 3,342 personas debido a neumonía causada por Coronavirus, sin embargo cada año en ese país mueren 300,000 humanos de neumonía sin tener por causa el covid-19; este año las 296,658 muertes restantes, no cobrarán la mayor importancia. Italia presenta la muerte de 200,000 italianos por gripe cada año, España 100,000 por neumonía, y en 2018 murieron 800,000 niños menores de 5 años al rededor del mundo, sí, por neumonía no causada por el Covid-19. Un infante murió cada 39 segundos ese año, según pública la Unicef el 12 de noviembre del 2019.

Para tales estadísticas, los medios tradicionales no difundieron propaganda e instrucciones, por lo que no vimos personas despavoridas arrancando papel higiénico y cubrebocas de los estantes. Lo anterior demuestra que lo que verdaderamente está invadiendo nuestro sistema nervioso, tomando nuestras conciencias y criterios, es el terror; el prójimo es el enemigo a sospechar, el semejante que no se someta al adiestramiento, será señalado, diferente, irresponsable, traidor e insurgente.

Al final las muertes se darán por enfermedades de gravedad ya conocida, por falta de atención, abandono, hambre y pobreza, pero el informe deberá dar la culpa a la sospechosa pandemia. Muchos casos nuevos, el freno de la economía y la muerte de los más vulnerables son inminentes, siguiendo cómo hasta ahora, los puntos establecidos en el simulacro 201 realizado por las múltiples organizaciones de Bill y Melinda Gates y el foro económico mundial, en Nueva York el octubre del año pasado.

Mientras tanto, con las palmas al cielo, los ojos cerrados; la propaganda amenaza de muerte y el terror como el verdadero virus letal en el aire, recemos nuestra frase de salvación en México…»por si sí o por si no», así caminamos al confinamiento de nuestra libertad y soberanía, aceptando que un nuevo orden nos apunte por la espalda con lo que seguro es un dedo bajo la ropa, simulando ser un arma mortal.

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