A menos de un mes de que se aprobara el bando municipal y se cuestionara sobre el gran poder presidencialista, y hasta dictatorial, que se le había otorgado al presidente municipal, Karim Carvallo, para otorgar y quitar licencias a bares y centros nocturnos a placer o, diría él, en beneficio de la sociedad izcallenese, me surge la duda ¿de a cuánto cuesta cumplir la ley?
Si bien cerraron varios «antros» y casinos por no cumplir la ley, honestamente, me sorprende más la manera en que se reactivaron inmediatamente, por lo cual también queremos suponer que cumplieron con las medidas necesarias de seguridad (extinguidores, salidas de emergencia, etc.) tan pronto como se pudo, es decir «se ajustaron con la ley».
Ahora las nuevas normas exigen a los dueños de estos lugares de esparcimiento cerrar a las 2 de la mañana para evitar que las mafias lleguen a estos lugares, yo pregunto ¿acaso éstas no llegarán más temprano a hacer de las suyas? o peor aún, le pregunto señor presidente, ¿los tabledance o lugares para caballeros no entran con su normativa? o ¿acaso ahí no llega el crimen organizado? o ¿estos si se ajustan con su ley?.
