Luego de dos años de pandemia por el virus Covid-19, la salud mental de la población ha mostrado un incremento relacionado a trastornos de ansiedad, tal es el caso de las llamada ansiedad fóbica o fobia específica.
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM V), define dichos trastornos como la presencia de miedo o ansiedad intensa desproporcionada por situaciones específicas que, de forma general, no serían consideradas peligrosas.
En condiciones usuales, la fobia, que tiene como punto de partida la emoción básica del miedo; ésta constituida una función adaptativa para la sobrevivencia, pues permite detectar amenazas y generar respuestas adecuadas ante posibles peligros.
Por otro lado, se pierde el carácter adaptativo cuando este miedo interfiere negativamente en cualquier ámbito de la vida de las personas, al ser un sentimiento persistente, infundado e irracional.
De este modo, una situación de índole catastrófico, como los estragos y confinamiento producidos por la pandemia, suponen un «caldo de cultivo», para la aparición de trastornos relacionados con la ansiedad y el miedo.
La infección por contacto físico, aversión por permanecer en lugares cerrados, contagio de seres queridos, miedo a la muerte, a las medidas de contención, a la pérdida de estabilidad económica, son aspectos a considerar por los pacientes durante la pandemia.
En este sentido la falta de tolerancia a la incertidumbre, la sensación de vulnerables hacia el virus, el ser propensos a la ansiedad, entre otros factores, como genética, medio ambiente natural y social, desempeñan un papel importante en el desarrollo de fobias relacionadas al confinamiento.
Un miedo excesivo al contagio de Covid; Coronafobia
A este panorama se añade la llamada «coronafobia», constituida por ansiedad excesiva hacia el virus del Covid-19, aquellos afectados por esta alteración mental, experimentan sensaciones fisiológicas desagradables por la información a causa de dicho virus.
Este desorden repercute en el bienestar mental, pues resulta incapacitante debido al deterioro funcional del individuo y angustia psicológica.
Aunque este trastorno es una fobia que de manera específica se relaciona con el Covid-19, ya hay estudios sobre ansiedad relacionada con otras enfermedades, tal es el caso de los brotes previos a la gripe española de 1918, o el brote de ébola en África occidental durante el año 2014.
Con respecto al diagnóstico y visibilidad de la coronafobia, en recomendaciones de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA), se encuentran en desarrollo, herramientas psicométricas para un correcto diagnóstico de esta anomalía en auge.