Un equipo de investigadores militares chinos construyeron y probaron un dispositivo robótico antisatélite que puede colocar un pequeño paquete de explosivos en la boquilla de escape de una sonda.
En lugar de hacer volar el satélite en pedazos, el explosivo fundido puede producir una «explosión constante y controlada en el tiempo», escribieron el profesor Sun Yunzhong y sus colegas del Politécnico de la Industria de Defensa de Hunan en Xiangtan en un artículo publicado en la revista nacional Electronic Technology & Software Engineering el mes pasado.
El dispositivo puede permanecer dentro del satélite por un periodo extendido, usando un mecanismo de bloqueo impulsado por un motor eléctrico. Si es necesario, el proceso se puede revertir para separarlo del objetivo.
El proyecto fue financiado por un plan del gobierno para desarrollar un nuevo tipo de ojiva para misiles cohete. El dispositivo fue construido y probado en una instalación terrestre y los investigadores dijeron que «tendría un valor práctico en ciertas aplicaciones de ingeniería».
China realizó su primera prueba antisatélite en 2007, destruyendo un satélite metereológico desaparecido con un misil y provocando críticas internacionales por los desechos espaciales de nubes que creó.
El programa antisatélite actual de China, se ha centrado en tecnología que produce pocos escombros o ninguno, como capturar un satélite con una red o brazos robóticos.
Los explosivos se empaquetan en un dispositivo en forma de bala que pesa solo 3,5 kg y refleja la forma de las boquillas de De Laval que alimentan a la mayoría de los satélites.
Cuando se detona el dispositivo, la explosión quedará contenida parcialmente dentro de la boquilla y se confundirá con un accidente del motor, según un científico espacial que no participó en el proyecto.
El calor de la explosión, si se calcula con precisión, puede convertirse en parte en energía cinética y dañar el interior del satélite, dejando intacta la estructura general, según un investigador que pidió mantener su identidad en secreto.
Por su parte, Estados Unidos ha presentado sus opciones entorno a un ataque contra sus satélites en órbita, asegurando que en caso de presentar la eventualidad, evitarán generar escombros como una medida para proteger el medio ambiente.