Un programa de observación de Júpiter que se desarrolló durante tres años resultó en la creación de las imágenes más detalladas de la atmósfera del gigante gaseoso jamás logradas, informa un comunicado de la NASA publicado este jueves.
Las visualizaciones son producto de la colaboración de tres aparatos: el telescopio espacial Hubble, el observatorio internacional Gemini (Hawái, EE.UU.) y la nave espacial Juno, que orbita alrededor de Júpiter. Los aparatos, respectivamente, captaron el planeta en ultravioleta, infrarrojo y radioondas, y el Hubble, además, proporcionó fotografías ópticas en el espectro visible.
Las tormentas que se pueden ver en las imágenes obtenidas son realmente impresionantes. Su altura puede alcanzar los 64 kilómetros —cinco veces más que en la Tierra— y los rayos registrados en el gigante gaseoso son tres veces más fuertes que los más potentes jamás detectados en nuestro planeta.
Al mismo tiempo, los astrónomos lograron determinar que bajo los nubarrones de las capas altas de la atmósfera jupiteriana se esconden nubes de agua. Aunque se ven solo ocasionalmente, la cantidad de líquido presente puede ser estimada en función de los rayos, cuya aparición está vinculada al agua, opinan los científicos.
Asimismo, las observaciones conjuntas permitieron explicar las misteriosas zonas oscuras en la famosa Gran Mancha Roja del planeta, unos elementos efímeros captados por misiones anteriores a la de Juno, y cuya naturaleza confundía a los científicos. Hasta ahora se suponía que eran emisiones de alguna sustancia roja en las nubes altas o ‘ventanas’ hacia las capas internas coloradas del gigante gaseoso.