La violencia electoral volvió a golpear a Veracruz. La noche del 11 de mayo, la candidata de Morena a la alcaldía de Texistepec, Yesenia Lara, fue asesinada a tiros mientras encabezaba una caravana política en el sur del estado. En el ataque también murieron tres personas más y otras tres resultaron heridas, según confirmó la gobernadora Rocío Nahle.
Los hechos ocurrieron durante un evento público, donde hombres armados abrieron fuego contra la candidata y los asistentes. Videos del momento fueron difundidos en redes sociales, mostrando escenas de pánico y una veintena de detonaciones que provocaron terror entre los simpatizantes.
El crimen generó una fuerte movilización de fuerzas estatales y federales, aunque hasta el momento no hay detenidos. La mandataria estatal instruyó a la Fiscalía General de Veracruz a no cesar en la búsqueda de los responsables. “Ningún cargo vale la vida de una persona”, expresó Nahle en redes sociales.
Este ataque se suma a una preocupante serie de homicidios contra aspirantes a cargos públicos en Veracruz. Apenas el 29 de abril, el candidato morenista Germán Anuar Valencia fue asesinado en Coxquihui. Días después, el 6 de mayo, fueron ejecutados Bárbaro Hernández Canuto, ex candidato en Oluta, y Bladimir García Soriano, funcionario de Ixtaczoquitlán.
La escalada de violencia en el actual proceso electoral evidencia los riesgos que enfrentan quienes participan en la contienda. Veracruz renovará sus 212 alcaldías este año en un ambiente marcado por la inseguridad y la amenaza constante contra actores políticos y ciudadanos.