El presidente Andrés Manuel López Obrador ha calificado de «venganza» la reciente investigación abierta contra Arturo Zaldívar, exministro de la Suprema Corte y actual integrante de la campaña de Claudia Sheinbaum. La investigación, impulsada por una denuncia anónima, señala a Zaldívar por presunta corrupción, enriquecimiento ilícito, y otros delitos, sugiriendo que manipuló la autonomía judicial para intereses personales.
López Obrador ha expresado su total apoyo a Zaldívar, destacando su integridad y rectitud durante su mandato en la Corte. Además, ha criticado a la actual administración de la Suprema Corte, encabezada por Norma Piña, por lo que considera un trato favorable hacia presuntos delincuentes, reflejando un sistema judicial que, según él, sirve a intereses de poderosos y no al pueblo.
Zaldívar, quien renunció a la Suprema Corte en noviembre de 2023, agradece el respaldo del presidente frente a lo que describe como un «linchamiento mediático». Este enfrentamiento no solo destaca las tensiones internas en la política mexicana sino también pone en relieve la complicada relación entre el poder ejecutivo y el judicial.
La situación se torna aún más delicada en el contexto de las próximas elecciones presidenciales, donde la figura de Zaldívar y su papel en la campaña de Sheinbaum podrían influir significativamente en la opinión pública y el desarrollo político del país.