En un reciente ajuste a sus proyecciones, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja el crecimiento económico esperado para México, posicionando el incremento del PIB en apenas un 2.4% para el año 2024, marcando así un descenso de tres décimas respecto a estimaciones previas. Este cambio ocurre en un contexto de desaceleración que también afectará el panorama para 2025, donde se espera un crecimiento todavía menor, de solo 1.4%.
El organismo internacional señala que la contracción del sector manufacturero y una política fiscal más estricta son factores clave detrás de estos ajustes. Estas condiciones menos favorables emergen tras un año 2023 donde México aún disfrutó de un crecimiento robusto de 3.2%, pero que no parece sostenerse debido a los recientes resultados económicos que han sido más débiles de lo anticipado.
Además de estos ajustes, el FMI ha ofrecido nuevas cifras para la inflación y el desempleo en México. Para 2024, se espera que la inflación mejore respecto al año anterior, situándose en el 4%, y una tasa de desempleo del 2.8%, aumentando ligeramente al 3.2% para 2025.
Este panorama modificado no solo afecta a México; de hecho, para la región de América Latina y el Caribe, el crecimiento también se ha ajustado a la baja, con previsiones de un 2% para 2024 y un 2.5% para 2025, resaltando un entorno global más retador para las economías emergentes.
Estas revisiones son críticas para los planificadores económicos y los negocios que dependen de previsiones estables para tomar decisiones de inversión y operación. El escenario sugiere un tiempo de cautela y, posiblemente, de reajustes en las estrategias económicas tanto a nivel nacional como empresarial.