Crisis diplomática: Rusia manifiesta preocupación por asalto de Ecuador a la embajada mexicana
El Ministerio de Exteriores de Rusia ha expresado su «extrema preocupación» por el reciente asalto de las fuerzas ecuatorianas a la embajada de México en Quito. Este incidente, que ha captado la atención internacional, involucró la irrupción armada de militares ecuatorianos en la sede diplomática, un acto que Moscú ha calificado de violación a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, la cual garantiza la inmunidad de las sedes diplomáticas.
Durante una reunión en Moscú con el embajador de Ecuador, Juan Fernando Holguín Flores, quien explicó la posición de su gobierno respecto a los eventos del 5 de abril, Rusia reiteró su firme compromiso con los principios de la Convención de Viena. La diplomacia rusa lamentó los daños sufridos por diplomáticos mexicanos durante el incidente y criticó la interpretación arbitraria de las normas básicas del derecho internacional por parte de Ecuador.
El contexto de este asalto se relaciona con la detención de Jorge Glas, ex vicepresidente de Ecuador durante el mandato de Rafael Correa, quien había ingresado a la embajada mexicana en diciembre y solicitado asilo político el mismo día que el gobierno mexicano se lo concedió. Glas está acusado de malversación de fondos en el caso ‘Reconstrucción’ de la provincia de Manabí, tras el terremoto de 2016.
Rusia ha aprovechado este incidente para reafirmar su posición en favor de que América Latina se mantenga como una zona de paz y unidad en la diversidad. El Ministerio de Exteriores ruso expresó su esperanza de que los países latinoamericanos eviten acciones que generen discordia y trabajen hacia soluciones mutuamente aceptables que respeten las normas internacionales y la soberanía diplomática.
Este incidente no solo plantea serias preguntas sobre la seguridad de las misiones diplomáticas en América Latina, sino que también subraya la importancia de adherirse a los acuerdos internacionales que protegen dichas instituciones. La comunidad internacional observa atentamente cómo Ecuador manejará las repercusiones de este asalto y las implicaciones que tendrá para las relaciones diplomáticas en la región.