Impacto de la cancelación de exportaciones de crudo de Pemex
La reciente decisión de Petróleos Mexicanos (Pemex) de cancelar hasta 436 mil barriles por día (bpd) de exportaciones de crudo para abril, con el objetivo de abastecer la nueva refinería Olmeca en Dos Bocas, ha generado un intenso debate sobre sus implicaciones económicas y energéticas. Ramsés Pech, asesor en asuntos económicos y energéticos, ofreció un análisis detallado sobre quién se beneficia y quién se ve perjudicado por esta medida.
Desde 2018, la administración actual proyectó un aumento en la producción de petróleo, con estimaciones de alcanzar entre 2.5 y 2.6 millones de barriles diarios. Sin embargo, la realidad ha mostrado una producción que no supera los 1.9 millones de barriles, lo que plantea un gran desafío para mantener los niveles de exportación previstos por la Secretaría de Hacienda hasta 2027.
La cancelación de las exportaciones de crudo no solo afectará la producción total de México, sino que también tendrá un impacto significativo en los mercados globales. La reducción de 400 a 500 mil barriles destinados a la exportación podría influir en el precio del barril a nivel mundial y alterar la dinámica geopolítica del sector energético. Pech advierte que Rusia podría beneficiarse al sustituir el crudo mexicano en el mercado internacional.
A nivel nacional, la decisión representa tanto retos como oportunidades. La financiación de la refinería Olmeca, proveniente del presupuesto público, no requiere reembolso, lo que supone una ventaja para Pemex en términos de rentabilidad. Sin embargo, la pausa en las exportaciones implica una pérdida de divisas significativa para el país, lo que plantea interrogantes sobre cómo se compensará esta disminución en el mediano y largo plazo.
Pech señala que, aunque se espera que el aumento de las remesas y el crecimiento de la manufactura local por el nearshoring llenen el vacío dejado por las exportaciones de crudo, estas expectativas pueden no materializarse a corto plazo. Además, la disminución de los ingresos petroleros, debido a la venta interna de crudo a Pemex para su refinación, podría generar pérdidas aún mayores.
En resumen, mientras Pemex podría beneficiarse de la mayor rentabilidad de la refinería Olmeca, México enfrenta el desafío de compensar la pérdida de divisas y la reducción de ingresos petroleros. Este escenario subraya la necesidad de una reforma fiscal que permita una mayor recaudación y una transición energética hacia fuentes más limpias, manteniendo al mismo tiempo la dependencia de los ingresos petroleros para el desarrollo económico del país.