Fetiches, ¿cuáles son los placeres ocultos de la sexualidad?

La vida sexual representa uno de los placeres más grandes del ser humano, además de las necesidades básicas como comer y dormir. Sin embargo, en comparación con ellas, la actividad sexual generalmente ocasiona vergüenza o bochorno. Los fetiches, “gustos que se deslindan” de la vida sexual y que ayudan a aumentar la excitación a través de diferentes objetos o tareas físicas, son una de las acciones que más llevan consigo tabúes o mitos.

De acuerdo con el psicólogo Emiliano Villavicencio Trejo, jefe de Posgrado de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad La Salle, el tema de los fetiches, aunque está matizado y rodeado de muchas creencias e ideas equivocadas, puede ser muy benéfico para la gente, siempre y cuando ésta se informe adecuadamente.

“Cuando seamos más auténticos con lo que nos genere placer, le aseguro que estaremos más completos, más plenos y felices. Para ello, la persona debe trabajar en su autoestima en la mayoría de lo posible y, de ese modo, expresar su sexualidad con la mayor libertad y confianza que pueda», menciona.

ORIGEN DE LA VERGÜENZA SEXUAL DE LOS FETICHES

Los fetiches, aunque son parte de un acto normal, generalmente ocasiona bochorno por dos razones principales: la sociedad y los valores personales.

Por ejemplo, si el fetiche de una persona es vestirse con la ropa del sexo opuesto, para la opinión pública eso está mal visto, pues no está representando su sexo de nacimiento.

“Hay algunos que, de acuerdo con las creencias sociales, están prohibidos y, desde esa perspectiva, las personas no los realizan para evitar el señalamiento, la desaprobación sexual y los conflictos que ello les pudiera traer en la interacción con los demás”, explica.

Si alguien desea usar prendas del sexo opuesto al suyo, pero al hacerlo se siente alguien que no es, como homosexual o travesti, en ese momento deja de verse beneficiado su acto sexual y, por lo tanto, no representa un fetiche que quiera compartir.

Y aunque pueden ser muy benéficos para quien los utiliza, éstos deben ser manejados con precaución y orientación especializada, pues si llegan a dañar la salud de alguien se convierten en una acción patológica.

Para Villavicencio Trejo, cuando alguien sabe detectar claramente cuáles son sus fetiches, tanto sexuales como eróticos, y con ellos no daña a ninguna persona, entonces refleja un crecimiento y una madurez personal muy importante.